¿La felicidad es poco sexy?

«Soy un imán para los hombres con traumas y malhumorados”; “Sólo me buscan los “chicos malos”. ¿Cuántas veces las mujeres no nos hemos lamentado de nuestra mala suerte en el amor?

Hombre-feliz

Ahora un nuevo estudio científico, realizado en la Universidad de Columbia Británica de Canadá, nos hace responsables a nosotras por esta aparente suerte del destino. Según esta investigación, no es que los muchachos difíciles se empeñen en buscarnos, sino que somos nosotras las nos sentimos atraídas por esta esta clase de hombres. Y de ser así, no quedamos sin excusas: ¡somos nosotras las responsables de nuestras malas elecciones!

Este estudio revela que la felicidad no es especialmente sexy para las mujeres; ya que hallamos a los hombres sonrientes y contentos bastante menos atractivos sexualmente que a los fanfarrones o depresivos… al menos a primera vista. Y esto es una pésima noticia, porque “la primera impresión” suele tener un peso bastante importante en las elecciones que hacemos.
La investigación se llevó a cabo con más de mil voluntarios (entre mujeres y hombres) a los que se les mostraron fotografías de personas del sexo opuesto, expresando diversas emociones: felicidad, orgullo y vergüenza. Mientras que las mujeres sintieron preferencia por aquellos hombres que lucían orgullosos y poderosos o un tanto avergonzados; los hombres encontraron más atractivas a las chicas que lucían felices, y menos deseables a las que se mostraban orgullosas o seguras de sí mismas.

La explicación que le dan los científicos a la elección femenina se relaciona con la teoría evolucionista, por la cual tiene sentido que nos atraigan los más fanfarrones (aquellos que en las fotografías tenían una postura más erguida, con torsos y rostros elevados e inclinados hacia adelante)­­­­­­­­­­­­, pues eso revela estatus, competencia y capacidad para sostener a la pareja y la prole.

Pero lo cierto es que ya no vivimos en la época de las cavernas, y en el Siglo XXI no parece que siga siendo un buen negocio, tener al lado a un malhumorado presumido a cambio de bienestar económico.
Así que para torcer este designio genético/cultural, o lo que algunas consideramos “destino”, “imán” o “mala suerte”, seamos precavidas ante las primeras impresiones que nos podrían arrastrar hacia malas elecciones; y estemos más dispuestas a  abrir nuestros corazones a las sonrisas bonitas, abiertas y sinceras. Por ahí dicen que la felicidad es contagiosa. Y por qué no… Sexy también!!!

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